Cada año, cuando se acercan Halloween y el Día de Muertos, muchos cristianos se preguntan si estas celebraciones son compatibles con la fe cristiana. Aunque estas festividades tienen orígenes y significados diferentes, ambas involucran temas relacionados con la muerte y el mundo espiritual, lo cual puede ser confuso para quienes desean honrar a Dios en cada aspecto de su vida. A continuación, te presentamos una perspectiva bíblica para comprender por qué los cristianos optan por no participar en estas celebraciones.
1. El origen de Halloween y su enfoque en el miedo y lo sobrenatural
Halloween tiene raíces en el festival celta de Samhain, donde se creía que los espíritus de los muertos regresaban a la tierra. Con el tiempo, la festividad adquirió elementos como disfraces y símbolos de terror que representan la muerte, el miedo y lo oculto. Como cristianos, la Biblia nos llama a alejarnos de prácticas que exaltan el temor y el mundo oscuro. En *Efesios 5:11, se nos dice: “Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas.”
Este versículo nos anima a evitar las prácticas que no glorifican a Dios y, en su lugar, a enfocarnos en la luz de Cristo. Halloween, tal como se celebra hoy, incluye elementos que pueden ser una puerta de entrada para el miedo y lo oculto, lo cual no es compatible con la paz y confianza que Dios nos llama a vivir.
2. El Día de Muertos y la veneración de los muertos
El Día de Muertos es una celebración muy querida en la cultura mexicana, donde las familias honran a sus seres queridos fallecidos colocando altares y ofrendas. Sin embargo, algunos elementos de esta festividad, como la creencia de que los difuntos pueden regresar temporalmente para “visitar” a sus seres queridos, entran en conflicto con la enseñanza bíblica sobre la vida después de la muerte. La Biblia enseña que una vez que una persona ha muerto, no vuelve a la tierra como espíritu. *Hebreos 9:27 dice: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.”
La Biblia también advierte contra el intento de comunicarse o establecer contacto con los muertos. En *Deuteronomio 18:10-12, Dios dice: “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas.” Aunque el Día de Muertos tiene como objetivo honrar a los fallecidos, la forma en que se hace puede entrar en conflicto con la enseñanza bíblica sobre el respeto y la separación del mundo de los vivos y los muertos.
3. La perspectiva cristiana de la vida y la muerte
Para los cristianos, la muerte no es algo que deba celebrarse, sino un paso hacia la vida eterna para quienes creen en Jesucristo. En lugar de temer o adorar a la muerte, los cristianos encuentran consuelo y esperanza en la resurrección. *Juan 11:25 dice: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” Este versículo nos recuerda que, a través de Jesús, tenemos la esperanza de la vida eterna, lo cual nos lleva a celebrar la vida en lugar de enfocarnos en la muerte.
4. Alternativas para los cristianos
Si bien los cristianos optan por no celebrar Halloween ni el Día de Muertos, esto no significa que no puedan honrar la memoria de sus seres queridos. Una opción es dedicar un tiempo en familia para recordar las enseñanzas y el legado de los familiares fallecidos, orando y agradeciendo a Dios por la vida que les dio, su salvación y la esperanza de la vida eterna.
Conclusión
Para los cristianos, Halloween y el Día de Muertos representan tradiciones que, aunque culturales, pueden entrar en conflicto con los principios bíblicos. En lugar de celebrar la muerte o lo oculto, los cristianos están llamados a vivir en la luz y en la esperanza de la vida eterna que Jesús nos ofrece. Si bien cada familia puede decidir cómo manejar estas fechas, la Biblia nos invita a enfocarnos en lo que honra a Dios y en vivir conforme a Su Palabra.
Elegir vivir en la luz y en la esperanza de Cristo es la mejor manera de honrar a Dios en cada aspecto de nuestra vida.
*Reina Valera 1960.