Llevar a los niños a la iglesia desde temprana edad es una de las decisiones más importantes que los padres pueden tomar para formar una base sólida en su fe. Asistir a la iglesia no solo les permite aprender sobre Dios, sino que también les brinda una comunidad donde pueden crecer espiritualmente, rodeados de personas que los apoyan en su caminar con Cristo. Sin embargo, a veces los niños pueden ver la iglesia como algo aburrido o rutinario. Entonces, ¿cómo podemos enseñarles la importancia de asistir a la iglesia y hacer que lo disfruten?
1. La iglesia como parte de su crecimiento espiritual
La Biblia nos enseña la importancia de criar a los niños en los caminos de Dios. En *Proverbios 22:6 se nos dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” Este versículo subraya la importancia de comenzar a enseñar a los niños sobre la fe desde una edad temprana. La iglesia es un lugar donde pueden aprender acerca de Dios, Su amor y los valores cristianos que les guiarán a lo largo de su vida.
Al llevar a los niños a la iglesia, les estás proporcionando un espacio donde pueden conocer a Jesús y comenzar a desarrollar una relación personal con Él. A medida que crezcan, esas semillas de fe que has plantado en su corazón a través de la enseñanza en la iglesia florecerán, ayudándoles a mantener su fe a lo largo de los años.
2. Haz de la experiencia algo divertido y significativo
Una forma clave de hacer que los niños disfruten asistir a la iglesia es involucrarlos en actividades divertidas y significativas. Muchas iglesias tienen ministerios infantiles diseñados específicamente para captar la atención de los niños y enseñarles sobre la Biblia de una manera que sea entretenida y comprensible.
Las historias bíblicas interactivas, los juegos educativos y las canciones pueden ser herramientas poderosas para ayudar a los niños a amar el tiempo que pasan en la iglesia. En *Mateo 19:14, Jesús dice: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos.” Jesús mismo valoraba la presencia de los niños y quería que se acercaran a Él. Siguiendo este ejemplo, las actividades en la iglesia deben reflejar un ambiente acogedor donde los niños se sientan amados y conectados con Dios.
3. Crea una rutina y sé un modelo a seguir
Los niños prosperan con la rutina, por lo que es importante establecer una rutina familiar que incluya la asistencia regular a la iglesia. Al hacerlo, los niños verán la iglesia como una parte integral de su vida, no solo como una actividad opcional o ocasional. Además, es importante que los padres den el ejemplo con su propio entusiasmo por asistir a la iglesia. Si los niños ven a sus padres disfrutando de la iglesia y participando activamente, es más probable que ellos también lo disfruten.
*Efesios 6:4 dice: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” Esto nos recuerda que nuestro papel como padres es guiar a nuestros hijos en el camino de Dios con amor y paciencia. Si hacemos de la iglesia una prioridad en nuestra vida y mostramos la alegría que proviene de estar en comunión con otros creyentes, nuestros hijos seguirán ese ejemplo.
4. Fomenta la participación en la comunidad
Parte de hacer que los niños disfruten la iglesia es ayudarlos a formar conexiones con otros niños y con los líderes del ministerio infantil. Esto les permitirá sentirse parte de una comunidad más grande y les ayudará a asociar la iglesia con un lugar de amor, apoyo y amistad. *Hebreos 10:24-25 nos anima: “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”
La iglesia es una comunidad de fe, y los niños deben aprender desde pequeños a ser parte activa de esa comunidad. Participar en actividades grupales, ayudar en pequeños proyectos o incluso asistir a eventos especiales para niños les enseñará el valor de la comunidad cristiana.
Conclusión
Llevar a los niños a la iglesia desde una edad temprana es esencial para su crecimiento espiritual y su relación con Dios. A través de la enseñanza bíblica, las actividades divertidas y el ejemplo de los padres, los niños pueden aprender a amar la iglesia y comprender su importancia. Recuerda, como padres o líderes, nuestro objetivo es sembrar las semillas de la fe en el corazón de los niños, confiando en que Dios hará crecer esas semillas a lo largo de su vida.
Haz que la experiencia en la iglesia sea significativa y entretenida para tus hijos, y ellos crecerán sabiendo que la iglesia es un lugar donde pueden conocer a Jesús y encontrar una comunidad de amor y apoyo.
*Reina Valera 1960.